Jamás se había imaginado que las cosas fueran así. Eran demasiado... reales para ser verdad. -¡Cómo es posible que la gente sea así! No lo puedo creer – se decía a si mismo. Y en verdad no podía creer que todo lo que había creído era falso. Cual amor a primera vista, cual amor eterno e inolvidable, cual príncipe encantador, cual princesa encantada... cual primer beso de amor, cuales finales felices. Todo eso eran patrañas. Invenciones de desdichados, invenciones de soñadores que cansados de la realidad mundana crearon su universo literario para acabar con toda fealdad terrenal.
Y sí... estaba triste cual emo en el parque Juárez. No podía soportar los pensamientos que mareaban su cabeza. Los intestinos le apretaban la poca paz que su cuerpo podía albergar. Necesitaba un liberador, una medicina que lo sacara del sopor en el que se encontraba.
Pero la solución parecía inexistente. ¿Dónde podría venir su cura?
No le importó más. Decidió tomar medidas rápidas. Se mudó de ropa. Se arregló. Se veía bien. Se fue a una fiesta con mucha gente, mucho ruido, luces de colores, rayos láser... El ambiente era perfecto para olvidar, para huir y gozar de las bondades que ofrecían los meseros.
Lo malo fue despertar al otro día a principios de la tarde... el ruido en sus oídos, las paredes movedizas, el calor insportable, las sábanas en el piso...
No... lo malo era despertar, recordar la diversión nocturna y por consiguiente recordar el motivo que le orilló a huir... – Ash, no vale la pena pensarte... Ni siquiera eso. No vales la pena ni siquiera para ser escrito en alguna historia –
Y no... cada vez que venía un pensamiento ruin, maldecía y se forzaba a no pensar. Pero ideas sobre el futuro era lo que siempre atormentaba.
- Si, claro. Es eso. Es como cualquier ciclo. Se necesita un principio y un fin. Para el fin siempre son necesarias las despedidas, incluso el luto. Vale, no pasa nada. Démosle el luto que merece. Démosle 5 segundos de silencio – Claro ¿Acaso valía la pena un luto de más tiempo? Por supuesto que no. La vida sigue – eso quería pensar- Y entonces se codeaba con mayor intensidad a su entorno para recordar lo que antes le hacía vibrar, lo que antes le daba alegría y seguridad.
Necesitaba autoafirmarse de nuevo para saber quien era ahora, que quería ser y que iba a hacer, ahora que las cosas habían cambiado desestabilizando su vida, su entorno, sus pensamientos y sus sentimientos... Necesitaba autoafirmarse.
Cuando sin darse cuenta su vida comenzaba a tomar un nuevo rumbo en el que ... (continuará)
Y sí... estaba triste cual emo en el parque Juárez. No podía soportar los pensamientos que mareaban su cabeza. Los intestinos le apretaban la poca paz que su cuerpo podía albergar. Necesitaba un liberador, una medicina que lo sacara del sopor en el que se encontraba.
Pero la solución parecía inexistente. ¿Dónde podría venir su cura?
No le importó más. Decidió tomar medidas rápidas. Se mudó de ropa. Se arregló. Se veía bien. Se fue a una fiesta con mucha gente, mucho ruido, luces de colores, rayos láser... El ambiente era perfecto para olvidar, para huir y gozar de las bondades que ofrecían los meseros.
Lo malo fue despertar al otro día a principios de la tarde... el ruido en sus oídos, las paredes movedizas, el calor insportable, las sábanas en el piso...
No... lo malo era despertar, recordar la diversión nocturna y por consiguiente recordar el motivo que le orilló a huir... – Ash, no vale la pena pensarte... Ni siquiera eso. No vales la pena ni siquiera para ser escrito en alguna historia –
Y no... cada vez que venía un pensamiento ruin, maldecía y se forzaba a no pensar. Pero ideas sobre el futuro era lo que siempre atormentaba.
- Si, claro. Es eso. Es como cualquier ciclo. Se necesita un principio y un fin. Para el fin siempre son necesarias las despedidas, incluso el luto. Vale, no pasa nada. Démosle el luto que merece. Démosle 5 segundos de silencio – Claro ¿Acaso valía la pena un luto de más tiempo? Por supuesto que no. La vida sigue – eso quería pensar- Y entonces se codeaba con mayor intensidad a su entorno para recordar lo que antes le hacía vibrar, lo que antes le daba alegría y seguridad.
Necesitaba autoafirmarse de nuevo para saber quien era ahora, que quería ser y que iba a hacer, ahora que las cosas habían cambiado desestabilizando su vida, su entorno, sus pensamientos y sus sentimientos... Necesitaba autoafirmarse.
Cuando sin darse cuenta su vida comenzaba a tomar un nuevo rumbo en el que ... (continuará)
PARTE II
Un nuevo rumbo, no tan nuevo ni tan diferente... pero una nueva actitud ante la vida. Se arregló, se cambió y comenzó a disfrutar de las actividades que para sí eran lúdicas. Todo iba de maravilla. Nuevas personas, un nuevo aire, nuevas historias... Todo adquiría un nuevo brío. O eso quería pensar...
Si... eso quería pensar. Porque los recuerdos no se borraban como tiza de la pizarra. No, ellos perduraban en su mente y de repente un ramalazo de luz aparecía en su conciencia. Le obligaba recordar – no por mucho tiempo, ni con la intensidad de antes – pero sus ideas hacía un viaje al pasado.
- ¡Maldita sea! ¿Acaso esto no se irá jamás? No, lo creo. Fue algo tan significativo, que dudo alguna vez se vaya- Y ya no le importaba tanto. Pero cuando vio su rastro en la televisión, cuando le volvió a ver fue como una regresión momentánea al pasado. Fue una conmemoración impactante. Se levantó molesto, irritado, con las tripas amarradas y su corazón quebrado. Una sola muestra de su existencia podía moverle los sentimientos que alguna vez tuvo.
Y nada, nada... podría robarle los recuerdos. Cuando conoció a alguien más. Cuando ya lo había superado para siempre se dio cuenta de lo fea que la gente puede ser.
- La gente no quiere a nadie, sólo a sí mismas. Sólo buscan llenar una lista de expectativas. Y si no se cumplen, pues no se acercan. Tan fácil. Sólo son requisitos para poder compartir momentos. Pero no es nada más, ni amor ni conocimiento de la persona- Al menos eso se puso a escribir tras la última traición de la cual había sido víctima – nuevamente – Si, había sido abandonado, engañado y traicionado sobre todo. Fue víctima del ego de otro. Fue víctima del cliché – No eres tú, soy yo. Solo podemos ser amigos – Y no sabía si le daba más risa o coraje haber sido presa de las frases prefabricadas. Le daba mucha, mucha risa. Pues ya sabía que las personas sólo buscan a alguien para llenar su lista de expectativas. Y si alguna vez coinciden: ¡Tarán! Tenemos a una nueva pareja, que convino en andar, por que cumplía con los requisitos.
Y lo que más gusto le daba no era ser libre de nuevo. Lo que más le daba alegría no era la falta de ataduras sino más bien la sensación de armonía consigo mismo. Era feliz porque ya no vivía a las expensas de sus emociones, pasiones y sentimientos. No. Se le presentaba un nuevo horizonte.
Esta vez... ya no le importaban las señalizaciones del nuevo horizonte, ahora sólo quería vivir. Vivir. Vivir. Amar a aquellos que no tenían la lista. Amar a aquellos que por don habían sido obsequiados desde el principio simplemente para ser amados. Si... ¿Qué más podía pedir alguien sino vivir feliz con su círculo más cercano?Eso quería creer, la vida que vislumbraba le parecía tan fácil... pero no sería así como lo había imaginado... no. (continuará)
Si... eso quería pensar. Porque los recuerdos no se borraban como tiza de la pizarra. No, ellos perduraban en su mente y de repente un ramalazo de luz aparecía en su conciencia. Le obligaba recordar – no por mucho tiempo, ni con la intensidad de antes – pero sus ideas hacía un viaje al pasado.
- ¡Maldita sea! ¿Acaso esto no se irá jamás? No, lo creo. Fue algo tan significativo, que dudo alguna vez se vaya- Y ya no le importaba tanto. Pero cuando vio su rastro en la televisión, cuando le volvió a ver fue como una regresión momentánea al pasado. Fue una conmemoración impactante. Se levantó molesto, irritado, con las tripas amarradas y su corazón quebrado. Una sola muestra de su existencia podía moverle los sentimientos que alguna vez tuvo.
Y nada, nada... podría robarle los recuerdos. Cuando conoció a alguien más. Cuando ya lo había superado para siempre se dio cuenta de lo fea que la gente puede ser.
- La gente no quiere a nadie, sólo a sí mismas. Sólo buscan llenar una lista de expectativas. Y si no se cumplen, pues no se acercan. Tan fácil. Sólo son requisitos para poder compartir momentos. Pero no es nada más, ni amor ni conocimiento de la persona- Al menos eso se puso a escribir tras la última traición de la cual había sido víctima – nuevamente – Si, había sido abandonado, engañado y traicionado sobre todo. Fue víctima del ego de otro. Fue víctima del cliché – No eres tú, soy yo. Solo podemos ser amigos – Y no sabía si le daba más risa o coraje haber sido presa de las frases prefabricadas. Le daba mucha, mucha risa. Pues ya sabía que las personas sólo buscan a alguien para llenar su lista de expectativas. Y si alguna vez coinciden: ¡Tarán! Tenemos a una nueva pareja, que convino en andar, por que cumplía con los requisitos.
Y lo que más gusto le daba no era ser libre de nuevo. Lo que más le daba alegría no era la falta de ataduras sino más bien la sensación de armonía consigo mismo. Era feliz porque ya no vivía a las expensas de sus emociones, pasiones y sentimientos. No. Se le presentaba un nuevo horizonte.
Esta vez... ya no le importaban las señalizaciones del nuevo horizonte, ahora sólo quería vivir. Vivir. Vivir. Amar a aquellos que no tenían la lista. Amar a aquellos que por don habían sido obsequiados desde el principio simplemente para ser amados. Si... ¿Qué más podía pedir alguien sino vivir feliz con su círculo más cercano?Eso quería creer, la vida que vislumbraba le parecía tan fácil... pero no sería así como lo había imaginado... no. (continuará)
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